El placer sexual es un tipo de trance que depende del ritmo y del tiempo

  • Es una fuente de sensaciones agradables y conexión emocional, pero más allá de eso es un estado alterado de la consciencia

El placer sexual es un tipo de trance que depende del ritmo y del tiempo

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Os acariciáis despacio con la yema de los dedos. Sus labios se posan sobre tu clavícula y suben por el cuello lentamente hasta que llegan a juntarse con la boca. Mientras la música marca el tempo desde el fondo, la temperatura de la habitación va en aumento y, finalmente, llega el clímax.

“El sexo es una fuente de sensaciones agradables y conexión emocional, pero más allá de eso es un estado alterado de la consciencia”, explica Adam Safron, neurocientífico y líder de una reciente investigación de la Universidad Northwestern (Estados Unidos). Pero, ¿de qué clase de alteración habla Safron?

La importancia del tiempo y del ritmo

En concreto, el investigador compara el sexo con un estado de trance, una palabra con múltiples significados: (1) un momento crítico y decisivo por el que pasa alguien, (2) el último estado o tiempo de la vida, próximo a la muerte, (3) el estado en que un médium manifiesta fenómenos paranormales y (4) el estado en que el alma se siente en unión mística con Dios. En definitiva supone la abstracción y la alteración de la mente.

“La idea de que el sexo pueda ser como un trance es ancestral. Y resulta que el entendimiento moderno de la neurociencia la apoya”, afirma Safron. Pero mantener una relación sexual no es suficiente para entrar en el estado del que habla Safron, es necesario llegar al orgasmo. Algo que, según los resultados de su estudio, depende íntegramente del tiempo y del ritmo.

La idea de que el sexo pueda ser como un trance es ancestral. Y resulta que el entendimiento moderno de la neurociencia la apoya”

El placer sexual inunda el cerebro con una oleada de neuroquímicos que forjan emociones como el apego o el amor, tal y como apunta Psychology Today. Y, en función de la cantidad liberada, se puede medir la intensidad del orgasmo y a qué partes del cerebro afecta, que pueden ser la amígdala, el núcleo accumbens, el área tegmental ventral (ATV), el cerebelo y la glándula pituitaria.

“Hay un aumento de la dopamina, neurotransmisor que se libera cuando se activan los circuitos de recompensa; también se eleva la producción de vasopresina que junto a la oxitocina, se encargan de fortalecer el vínculo emocional, así como de las endorfinas, que nos producen una sensación de bienestar”, asegura Francisca Molero, la directora del Instituto Iberoamericano de Sexología y codirectora del Institut de Sexología de Barcelona.

La investigación de la Universidad Northwestern se llevó a cabo precisamente con el objetivo de descubrir qué ocurre con el cerebro durante el orgasmo y resulta que la estimulación rítmica puede desatar oscilaciones neuronales que se asemejan a la sensación de estar columpiándose. Si la estimulación llega a ser muy intensa y dura mucho tiempo esta actividad neuronal puede extenderse por todo el cerebro.

Los científicos descubrieron que la actividad cerebral que se produce por el orgasmo es muy similar a la que se produce cuando alguien sufre convulsiones. En ambas situaciones el ritmo juega un papel fundamental: tras superar ciertos umbrales de estimulación se produce el proceso explosivo en el cerebro. Y lo mismo ocurre con la música y el baile, algo que Safron no esperaba descubrir.

La actividad cerebral que se produce por el orgasmo es muy similar a la que se produce cuando alguien sufre convulsiones”

Fuente: http://ow.ly/PvU030b6NVX

Categoría: GENERAL Lunes 24 de Abril del 2017