Gimnasia para tus ojos: guía de ejercicios para mejorar tu visión

A todos nos encantaría tener un six pack sin ápice de grasa o un trasero que apunte al firmamento. Por eso los gimnasios están a rebosar de personas que lo dan todo para sentirse y mostrarse mejor. Sabemos que hay un camino marcado para conseguirlo o acercarse a ese ideal. Sin embargo, hay una parte igualmente importante de nuestra anatomía que no tenemos por costumbre entrenar: los ojos. Con la vista fija en el ordenador, pocos son los movimientos que hacemos para ponerlos en forma.

Te enseñamos de qué modo puedes reforzar tus ojos (Foto: Lancôme)

Te enseñamos de qué modo puedes reforzar tus ojos (Foto: Lancôme)

Y estamos cometiendo un grave error, pues se pueden mejorar muchas dolencias únicamente dedicando entre 5 y 10 minutos al día a una rutina ocular. Y lo mejor de todo es que puedes hacerte un entrenamiento a medida, incidiendo en los problemas que quieras solventar. En general, la gimnasia ocular es muy útil si tiendes a tener los ojos enrojecidos o los notas muy fatigados. También es efectiva en algunos casos de migrañas. Estos ejercicios, además, te ayudarán a tener una mayor visión periférica y a mejorar tu concentración. Y todo ello, sin necesidad de pagar la cuota de ningún gimnasio y sin tan siquiera sudar.

Parpadea rápido

Es uno de los ejercicios más fáciles que puedes llevar a cabo. Se trata, simplemente de abrir y cerrar los párpados. De este modo, lubricas el ojo de una forma natural, sin necesidad de ponerte colirio. Esto es muy recomendable en casos de sequedad ocular. También mejora la circulación sanguínea del ojo. Puedes hacerlo en cualquier momento, especialmente si vas a estar mucho tiempo fijando la vista. Por ejemplo, hazlo cuando estés frente a la pantalla del ordenador o cuando lleves un buen tiempo leyendo un libro. De todas formas, no desaproveches ningún momento: parpadea cuando estés en el metro o cuando estés en el baño.

Parpadea lento

Cada mañana y cada noche, cierra los ojos unos cinco segundos y vuélvelos a abrir. Repite el ejercicio unas siete veces. También puedes hacerlo cuando notes que has forzado la vista y la tienes muy cansada. De esta manera relajas los músculos oculares y, a la vez, activas la circulación. También puedes intentar dejar la mente en blanco mientras lo haces y respirar profundamente para ahuyentar el estrés. Un dos en uno.

Enfoca mejor

Con el tiempo, dejamos de enfocar correctamente. Ya no podemos leer algo demasiado cerca y necesitamos cierta distancia para que el ojo enfoque. No te vamos a engañar: es difícil revertir este proceso, pero puedes intentar que no vaya a más. En este caso lo que debes realizar son ejercicios de acomodación. Por ejemplo, empieza leyendo un libro bastante cerca y ve alejándolo todo lo que te permitan tus brazos para, posteriormente, acercarlo de nuevo. Repite este movimiento unas 20 veces. Seguidamente, coloca el dedo índice muy cerca de los ojos y apártalo. Repite 20 veces más.

El relajante palmeado

Es un ejercicio muy placentero. Se trata de simplemente apoyar las palmas de los manos sobre los ojos cerrados. Si tienes las manos frías, frótalas para que entren en calor. Puedes estar así desde unos segundos hasta cinco minutos. Es el momento de descansar, de sentir que no hay ninguna tensión en el ojo.

Leve presión

Utiliza los dedos para hacer una pequeña presión sobre los ojos, de esta forma consigues activar el paso del líquido intraocular. Deberías aguantar la leve presión durante unos dos o tres segundos y repetir el ejercicio cinco veces. Puedes hacerlo por la mañana y por la noche y cuando sientas cansancio ocular.

Mueve los ojos

Generalmente enfocamos la visión hacia un punto frontal y ahí la dejamos. Es lo que ocurre cuando estás frente a la pantalla del ordenador, por ejemplo. Eso hace que no ejercitemos el nervio óptico, que cada día se queda más anquilosado. Para volver a tenerlo en forma, con la espalda recta y la cabeza quieta, mira a la izquierda y luego a la derecha. Después arriba y abajo. Repite varias veces de cinco a diez veces. Cuando lleves un tiempo haciéndolo y sientas que el ejercicio no entraña ningún esfuerzo, lo complicaremos un poco más y describirás círculos con los ojos. También puedes cruzarlos, como si con los dos intentaras ver tu propia nariz. Así ganarás mucha más fuerza, viene a ser como si aumentaras el peso de la mancuerna que tienes que levantar.

Movimiento oscuro

Haz lo mismo que en el ejercicio anterior, pero esta vez con los ojos cerrados. Cuando empieces a practicar este ejercicio, simplemente mira arriba y abajo y cuando ya lleves un tiempo practicándolo (una semana o dos) incorpora los otros movimientos antes descritos.

Guiños

Ahora toca entrenar los músculos que están alrededor del ojo, que también son unos grandes olvidados. Guiña un ojo y después el otro. Hazlo de diferentes maneras: suavemente y con más fuerza. Al trabajar con los pequeños músculos que lo rodean, estarás fortaleciéndolos.

Haz carotas

Siguiendo el mismo ejercicio del guiño, ve un poco más lejos. Cierra con fuerza los ojos, ábrelos, haz todas las carotas que se te ocurran, tensando y destensando, quedándote un tiempo en cada una de ellas o cambiando rápidamente. Es un ejercicio bastante libre. Y lo mejor de todo es que, aparte de tonificar la musculatura ocular, también se encarga de poner en forma toda la de la cara, por lo que es una rutina ideal para combatir las arrugas.

Relaja el cuello

Para la salud ocular también es importante que no haya tensiones en el cuello. Para evitarlas, gira suavemente el cuello hacia la izquierda y después hacia la derecha. Tras realizar este movimiento, baja el cuello sin tensión, como si quisieras que la barbilla tocara el pecho y después haz el ejercicio inverso, tirando la cabeza para atrás. Para notar los resultados tendrías que llevar a cabo cada uno de estos ejercicios unas 12 veces y repetirlos mañana y noche. De esta forma, activarás la circulación y, de paso, relajarás las cervicales. Lo importante es que mientras hagas el ejercicio, no tenses la zona.

Mira al horizonte

Es uno de los mejores ejercicios para descansar el nervio ocular. Sin embargo, no siempre es posible llevarlo a cabo. Aprovecha cualquier salida de la ciudad para relajar la vista, posándola en el horizonte. Y, cuando no tengas un bello paisaje a mano, utiliza el siguiente sucedáneo: mira lejos. Por ejemplo, si estás trabajando en la oficina, levanta la vista del ordenador e intenta mirar lo más lejos que puedas, concentrándote en un punto.

Fuente: http://ow.ly/nNWg309CI7m

Categoría: GENERAL Lunes 6 de Marzo del 2017