¿Te duele la rodilla al correr? Puedes sufrir este síndrome

La rodilla del corredor o síndrome de fricción de la banda iliotibial es un motivo de consulta frecuente en pacientes que practican deportes de larga distancia, tales como el 'running' o el ciclismo. Esta patología se caracteriza por la presencia de un dolor insidioso en la cara lateral de la rodilla, que aparece a los pocos minutos del inicio de la práctica deportiva y va incrementado su intensidad de forma gradual hasta hacerse incapacitante.

La causa de esta lesión es la compresión de una capa de grasa situada entre la cintilla iliotibial —tendón que recorre la parte exterior de la pierna— y el epicóndilo lateral del fémur —parte saliente del hueso que sirve para su articulación o para las inserciones musculares—. Esta capa de grasa posee varias terminaciones sensitivas responsables del dolor, siendo el roce máximo cuando la rodilla se encuentra a 30 grados de flexión.

Entre los factores desencadenantes de este trastorno se encuentran la carrera en terrenos desnivelados, el cambio de superficie de entrenamiento y el desgaste del calzado. Existen también factores anatómicos que predisponen a esta lesión, como las rodillas y talones en varo o arqueados, la diferencia de longitud en los miembros inferiores y la debilidad de la musculatura de los glúteos.

Aunque su diagnóstico se basa principalmente en la exploración física, es importante diferenciarlo de otras afecciones que ocurren en esta localización, como las lesiones del menisco lateral y la patología rotuliana. En ocasiones, puede ser necesaria la utilización de radiografías simples o telerradiografías de miembros inferiores para descartar alteraciones anatómicas. La resonancia magnética nuclear debe reservarse para aquellos casos en los que no exista un diagnóstico claro, y únicamente mostrará líquido en la zona de fricción.

El tratamiento que se suele emplear debe ser conservador. En primer lugar, se debe interrumpir la práctica deportiva y aplicar medidas antiinflamatorias. A continuación, se recomienda un programa de fisioterapia que incluya ejercicios de estiramiento de la cintilla y de potenciación de la musculatura de la cadera. En pacientes con alteraciones en la marcha, puede estar indicada la utilización de plantillas con cuña en el borde lateral para mejorar la pisada. Si existe un punto muy doloroso a la palpación, la infiltración con corticoides ayuda a mejorar la sintomatología.

El tratamiento quirúrgico se utiliza como última opción cuando fracasan el resto de medidas, y consiste en el alargamiento de la cintilla iliotibial en la zona de mayor tensión, eliminando la fricción patológica con el epicóndilo femoral lateral. La reincorporación deportiva debe hacerse de forma progresiva, iniciando carreras de corta duración en terreno llano y dejando para la última etapa de la recuperación los rodajes largos con desniveles.

Fuente: http://ow.ly/vjET309f2Gl

Categoría: GENERAL Miércoles 22 de Febrero del 2017