'Flagship stores': llega la revolución a las tiendas de moda

Suelen estar situadas en las calles más emblemáticas de las principales ciudades, son de gran tamaño y venden, además de los artículos propios de la firma, una experiencia de compra innovadora y diferencial. Y un punto de pretenciosidad, para qué engañarnos. Las flagship stores, un concepto importado de Estados Unidos y del lenguaje naval, han desembarcado en España en los últimos años, convirtiéndose en los buques insignia de las grandes marcas de moda. Y han cambiado, o al menos pretenden hacerlo, el modo en que el cliente consume ropa.

Hace apenas unas semanas Massimo Dutti estrenaba espacio en Barcelona. Situada en el Paseo de Gracia, la tienda de más de 2.000 metros cuadrados, pretende convertirse en un centro de referencia. Allí, sus probadores interactivos -con los que Inditex ya tonteó en una de sus tiendas Zara ubicada en San Sebastián-, la posibilidad de comprar vía App las prendas ubicadas en el escaparate o un área de cajas autoservicio, suponen una revolución en el sector y un viraje hacia la integración del online y el offline.

Pero no solo de innovación tecnológica se alimenta el gigante. Siguiendo la tradición del grupo, el inmueble en el que está emplazada la tienda es un edificio modernista del siglo XIX, en cuya remodelación ha trabajado el estudio de Massimo Dutti y algunos técnicos de Patrimonio Histórico y Parques y Jardines de Barcelona.

«Cuando se trata de un edificio histórico profundizamos en el trabajo del arquitecto que lo creó e intentamos hacer una restauración cuidadosa y respetuosa con el proyecto original», explica Elsa Urquijo, la arquitecta coruñesa que se ha encargado, entre otras, de la transformación de la flagship store de Zara ubicada en la Gran Vía madrileña. En ese caso se trataba de un edificio planteado por Antonio Palacios, creador del Círculo de Bellas Artes de Madrid o del Palacio de Cibeles. Quisieron mantener su esencia potenciando el patio central y la iluminación.

Cuando se trata de inmuebles antiguos cada proyecto implica unas necesidades diferentes, «en la nueva flagship store de A Coruña nos encontramos con parte de la muralla que formaba el baluarte de defensa militar de la ciudad en el siglo XIX. Hubo que diseñar de nuevo la estructura, de forma que todo el entramado colgase por mediación de unos tirantes de unas cerchas colocadas en cubierta», añade Urquijo.

«La industria de la moda está experimentando una transformación y la compra del producto ya no es lo único que importa. No es sólo una compra, sino una experiencia. En este sentido, los espacios tienen un papel clave: las tiendas ya no son sólo contenedores sino lugares en constante evolución que reflejan las tendencias de consumo», explica Roberto Baciocchi, arquitecto italiano, responsable de la creación de las flagship store de La Perla en Roma, Hong Kong, Dubai, Seul y Tokio; Folli Follie, en Verona, o Miu Miu, en Honolulu.

"Lo que más importa no es comprar, sino la experiencia"

Añade Baciocchi que cada detalle, por insignificante que parezca, tiene un sentido y que, aunque la libertad despierta a la inspiración, es mejor no dejar nada al azar. Por otro lado, medir cuáles son las sensaciones que se quieren despertar en el cliente parece un trabajo indispensable para lograr un ambiente único y de calidad.

Ese plus al que todas las flagship stores aspiran se podría resumir en conseguir crear atmósfera. Lograr un espacio que aúne experiencias sensoriales, táctiles o de interacción, se convierte en el fin último de estos espacios. «El mundo visual avanza a pasos agigantados y las flagship stores tienen que aportar algo, al mismo tiempo, distinto y cercano», puntualiza Urquijo. Si para ella la clave reside en congregar claridad, funcionalidad, belleza y sostenibilidad, para Baciocchi la innovación y el riesgo deben fusionarse con inspiraciones clásicas y contemporáneas.

La fiebre ha llegado a un punto en el que ya hay flagship stores convertidas en atracciones turísticas. El barrio de Omotesandö, una de las zonas comerciales de mayor prestigio en Tokio (Japón), fue el elegido por Yves Saint Laurent para abrir una de sus tiendas de mayor tamaño. Con una superficie que sobrepasa los 900 metros cuadrados, la firma ha creado una tienda insignia en la que la estética lineal y monocromática, escogida por el diseñador creativo de la casa Hedi Slimane, contrasta con piezas inspiradas en el art decó del artista neoyorkino Jay Espectro. Además, dispone de un salón VIP para que los clientes más exclusivos sean atendidos.

La emblemática Regent Street de Londres cuenta, desde hace pocas semanas, con la primera tienda insignia de Polo Ralph Lauren en Europa. El espacio de 1.600 metros cuadrados repartidos en tres plantas, combina innovación con tradición, y bebe del estilo de vida británico. Una de las novedades que ofrece es la oportunidad de que los clientes personalicen sus prendas, logrando así que sus modelos más clásicos se reinventen y se adapten a los gustos de cada consumidor.

Armani tiene claro que para sorprender a los consumidores y crear esa atmósfera diferencial de la que hablábamos basta con un edificio, el que está emplazado en la Vía Manzoni, en Milán. Allí es posible, además de bucear entre las prendas de sus últimas colecciones, visitar floristerías, tiendas de dulces, tomar un café, conocer la historia de la marca, comer en un restaurante e incluso dormir en su exclusivo hotel. Ir de compras ya no es lo que era.

Fuente: http://ow.ly/GhZA307ZVq9

Categoría: RETAIL Sábado 14 de Enero del 2017