¿Y si tu basura se convirtiese en tu ropa?

En Benidorm hay basura. Mucha basura. Y en el mar de Benidorm... pues eso, más basura. Hasta ahí, nada nuevo. El giro, sin embargo, llega cuando descubrimos que toda esa porquería se puede transformar en algo bonito. Algo con clase. Sofisticado. Una gabardina.

Eso ya sí, es menos Benidorm.

Una alocada metamorfosis mediterránea para la que el ingrediente principal no es otro que la buena voluntad de los pescadores de la zona que, altruistamente, separan los deshechos del pescado que recogen con las redes de arrastre. Ahora, en vez de devolver la chatarra al mar, la guardan en contenedores a bordo de los barcos. A una bandeja las sardinas, a otra los camarones y a otra las latas de Skol y los pañales. El sueño mediterráneo.

Luego, todo se vuelve a volcar en los contenedores que Ecoembes y la Fundación Ecoalf han dispuesto en el puerto. «Todos los días sacamos unos siete kilos», cuenta el patrón de uno de los 160 barcos que desde septiembre de 2015 limpian las costas de la Comunidad Valenciana. La iniciativa consigue que, efectivamente, tras numerosos pasos de procesamiento, esa basura se transforme en hilo, y, finalmente, en las codiciadas cazadoras, zapatillas y mochilas de la marca Ecoalf. Y, claro, también en gabardinas.

«No todas las marcas que se venden como recicladas son iguales. El porcentaje de fibra reciclada de Ecoalf está muy por encima de otras», cuenta Javier Goyeneche, fundador de la firma.

Sin embargo, sólo los envases PET pueden aprovecharse para fabricar la granza a partir de la cual se genera el hilo. El resto de los residuos (como el aluminio, el film y el acero), se recogen igualmente para ser enviados a los canales convencionales de reciclaje.

160 barcos han sacado 59 toneladas de basura reciclable

El resultado sorprende por la calidad de los tejidos y sorprende más si cabe cuando se vive en primera persona la ardua labor de colecta y tratamiento. «Nos embarcamos en este proyecto para ayudar a limpiar los océanos y poder crear la primera generación de productos reciclados a partir de basura marina que cuente con la misma calidad, diseño y propiedades técnicas que los productos que no son reciclados», explica el propio Goyeneche.

Ecoalf nacía en 2009 con la idea de crear una marca de moda que realmente fuese sostenible, pero Upcycling the Oceans, es el último escalón para la empresa, que a través de su fundación ha conseguido involucrar a nueve puertos sólo en Levante y planea extenderse a otros tantos en Cataluña y Valencia en el próximo año. «Tendrías que salir conmigo al mar y ver toda la basura que se nos queda enganchada en las redes», le contó un día uno de los pescadores a Goyeneche. Y así, sin más, surgió la idea. Sólo en un año la cooperativa ha conseguido recoger 59 toneladas de residuos y esperan alcanzar las 190 toneladas en el próximo año.

«Poca gente sabe que el grueso de los residuos marinos se encuentran en el fondo. Aunque no los veamos están ahí. Al final esa basura se la comen los peces y en consecuencia nos la comemos nosotros», explica el empresario. No en vano el Mar Mediterráneo es uno de los ecosistemas más amenazados del planeta. La evidencia, sobre la cubierta del barco: pulpos lidiando con restos de bolsas, sardinas atrapadas en plásticos de botes de bebida y cangrejos anidados en latas de callos. Impacta tanto imaginarse que todo eso luego se convertirá en ropa, como pensar que el resto se convertirá en comida.

La parte bonita, de nuevo, también está ahí. «A nosotros no nos cuesta guardar la basura en lugar de devolverla al mar, de hecho, muchos ya lo hacíamos antes a título personal», dice el patrón. La clave aquí reside en que los barcos son de pesca de proximidad, de otra forma, no habría capacidad para almacenar los residuos.

Y mientras tanto, no sólo el océano se beneficia, sino también los propios consumidores. «Podemos crear todo tipo de tejidos. Desde uno más algodonoso si lo mezclamos con fibra de algodón, a otro más técnico si lo dejamos al natural», añade el empresario. El resultado: prendas cómodas, actuales y, sobre todo, muchas gabardinas (que es a lo que hemos venido). Y eso, además de la tranquilidad de saber que estamos contribuyendo a un planeta mejor, siguiendo las tendencias de la moda y, muy especialmente, que llevamos un poco de Benidorm encima.

Fuente: http://ow.ly/UZxn307ZVlO

Categoría: GENERAL Sábado 14 de Enero del 2017