Errejón plantan cara a Iglesias por la «involución democrática» en Podemos

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias en una manifestación en Madrid el pasado 28 de noviembre

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias en una manifestación en Madrid el pasado 28 de noviembre - RAFA ALBARRÁN

Como Cicerón, Íñigo Errejón prefería la paz más injusta a la más justa de las guerras. Pero no podrá ser. Basta el instante de un cerrar de ojos para hacer de un hombre pacífico un guerrero. Y ese instante sucedió el pasado lunes cuando el secretario general, Pablo Iglesias, anunció, amparado en la potestad que le confieren los estatutos para convocar una consulta entre las bases, su intención de organizar un referéndum (entre el 18 y el 20 de diciembre) para que en Vistalegre II la votación de documentos políticos y organizativos se asocien a la presentación de una candidatura. En el errejonismo la decisión cogió a todos desprevenidos, pues significaba de facto vaciar de competencias al Consejo Ciudadano Estatal, en teoría máximo órgano del partido entre Asambleas, y que se reúne el próximo sábado 17 de diciembre.

El secretario político del partido sigue pensando que no es conveniente disputarle a Iglesias la secretaría general, y su intención siempre fue alcanzar una síntesis en el debate programático y pactar un reparto de poder en la futura dirección. Pero la derrota de Rita Maestre en las primarias de la Comunidad de Madrid a manos de Ramón Espinar tras la alianza de pablistas con anticapitalistas demostró que esta suma, que tomará forma en el ámbito estatal conforme se aproxime la fecha de Vistalegre II, evidenció que toda la influencia de Errejón y los suyos sigue sin ser suficiente.

Pero el movimiento de Iglesias el pasado lunes forzó al errejonismo a plantear un cambio de estrategia. Ayer sus partidarios lanzaron el manifiesto «Recuperar la ilusión». Inicialmente rubricado por más de 300 cargos públicos e internos de diferentes niveles, fue apadrinado al mediodía por Íñigo Errejón: «Para seguir ilusionando necesitamos debatir de ideas en lugar de pelearnos. Me sumo». Pasadas las seis de la tarde ya habían firmado el manifiesto más de 2.500 personas.

«Involución democrática»

Ahora el manifiesto debe convertirse en propuesta para elevarlo antes del día 15 de diciembre a la secretaría de Organización para que sea una de las opciones en la consulta a los inscritos. La propuesta de Iglesias supone un cambio respecto al sistema de elección utilizado en la primera asamblea ciudadana estatal, y sin ir más lejos al modelo empleado en las recientes primarias en la Comunidad de Madrid. Íñigo Errejón se opone a este formato, ya que su apuesta es plantear una discusión programática sin discutir el liderazgo de Iglesias.

Este lunes el secretario político confirmaba su intención de presentar en Vistalegre II su propia hoja de ruta política para defender «el Podemos original, el Podemos con el que hemos llegado hasta aquí». La decisión adoptada significa competir ahora para que Vistalegre II no tenga que convertirse en un cara o cruz entre verse arrinconados por los pablistas y los anticapitalistas o tener que plantear una confrontación directa. No obstante, entre los partidarios de Errejón ya se reconoce que si para defender sus tesis hay que plantear una lista alternativa al Consejo Ciudadano Estatal, se hará.

El contenido del manifiesto es muy duro con la propuesta de Iglesias: «No nos podemos permitir tal involución democrática», critican. Y anticipan un negro porvenir al partido si el intento es construir una organización sin pluralidad. Un temo que hacen extensible a a su futuro en la organización: «El futuro de Podemos es oscuro si sus dinámicas impiden que convivan diferentes modelos: la solución de las discrepancias se aleja mucho del sometimiento de uno ante otro».

Las firmas en el manifiesto han visibilizado la división en el grupo parlamentario del Congreso de los Diputados. Incluido Errejón, un total de catorce diputados nacionales firmaron el texto: Alberto Montero, Ana Terrón, Rosana Alonso, Ángela Rodríguez, Tania Sánchez, Rosana Pastor, Juan Pedro Yllanes, Eduardo Maura, Miguel Vila, Auxiliadora Honorato, Ángela Ballester, Pablo Bustinduy y el ex secretario de Organización, Sergio Pascual. Pero entre los partidarios del secretario político dan a entender que son más y que se irán sumando en los próximos días: «Paso a paso». Desde la secretaría de Organización, responsable último de la consulta, su responsable, Pablo Echenique, no dudó en criticar ayer las propuestas que defiende el manifiesto. Tras un acto en Galicia señaló que votar por separado la ruta política y las listas para renovar la dirección parte de un «error de razonamiento» que» no tiene mucha lógica».

Los errejonistas creen, por contra, que «tras dos años de prisas merecemos un tiempo de reflexión alejado de concursos de popularidad que limitan la voz de la militancia. La Asamblea no debe ser un combate de boxeo, sino una contraposición de ideas». Piden también una comisión de garantías «independiente». Reclaman «mayor proporcionalidad» , «más pluralidad», «listas abiertas» o «igualdad de género en puestos de responsabilidad»

Después de que Iglesias consumase su nueva relación con los anticapitalistas, de mutua necesidad, los partidarios de Errejón creen imposible alcanzar un pacto previo en lo político, por lo que defender sus propias propuestas es la única alternativa que les ha dejado Iglesias, que hace unos días se mostraba contrario a «un pacto precocinado» antes de Vistalegre II. Errejón y los suyos creen que el entorno de Iglesias, muy receloso del poder que atesora Errejón, están fomentando un choque definitivo. Este duelo no deja de ser un intento del errejonismo por evitar una confrontación más traumática. El secretario político considera que, en estos momentos, el único modo de vencer en esa guerra es evitándola.

Fuente: http://ow.ly/eJTt306ZPzR

Categoría: ACTUALIDAD Sábado 10 de Diciembre del 2016