Apicultor por un día: llegan los hoteles bee friendly

No nos hemos recuperado todavía de la emoción que produce el estar rodeado de viñas en un hotel hecho por y para el vino, como puede ser el Marqués de Riscal de Elciego en Álava, y ya nos sale al paso otra nueva, la de los hoteles que dan protagonismo a las abejas. Se hacen llamar ‘bee friendly’, son muy ecológicos y para colmo practican un lujo sin alardes y tienen mucho encanto. Los vemos.

Ribera del Duero, no solo vino

Ya no es que estemos más en contacto con la naturaleza y consumamos productos naturales y velemos por el medioambiente como si fuera, como lo es, cosa nuestra. Esta vez se trata de entrar en el mundo de las abejas. Por ejemplo, por la puerta grande del hotel Relais & Châteaux Abadía Retuerta Le Domaine, en Sardón de Duero (Valladolid), y vivir una experiencia apícola de lujo como corresponde a este alojamiento tan exquisito; y no hablamos todavía de la miel. 

El hotel Abadía Retuerta Le Domaine es el paraíso de las abejas (y el nuestro)

El hotel Abadía Retuerta Le Domaine es el paraíso de las abejas (y el nuestro)

El Abadía Retuerta se ha convertido en el primer hotel 'bee friendly' de la Ribera del Duero. Esto es, apoya a los apicultores en su trabajo de recuperación de esta especie en peligro de extinción -sí, las abejas son como el lince ibérico-, apuesta por la agricultura biosostenible y hace partícipes a sus clientes de este tinglado tan natural con una visita guiada a las colmenas -con buzo de protección, por supuesto-, en la que escucharán las explicaciones del experto y podrán extraer la miel. Es de esos hoteles en los que hay que dormir una vez en la vida, por lo menos Precio: desde 430 euros la noche.

Te pondrá la miel en los labios

La miel de mil flores de la Abadía

La miel de mil flores de la Abadía

Si esta aventura ecológica te pone la miel en los labios, que te la pondrá, puedes hacerte una ruta por los Relais & Châteaux, empezando por el que tenemos más a mano, el mencionado Abadía Retuerta Le Domaine, que es hotel-bodega y además amigo de las abejas (y los apicultores). Se sabe porque ha recuperado los antiguos oficios de los monjes que habitaron el siglo XII el monasterio que fue, porque apoya la gestión sostenible de las 700 hectáreas que lo abrazan, 200 consagradas al vino; porque acoge al apicultor Miguel Rodríguez, que instaló 60 colmenas hace un par de años con la marca Abadía Retuerta y el sello de Apicultores Montes de Valvení, y porque produce y vende una miel 'mil flores' (tomillo, espliego, encina y salvia), “que refleja de forma muy parecida al vino los matices de la tierra, el suelo y el clima” y que se utiliza en la cocina de su restaurante El Refectorio, que para colmo tiene una estrella Michelin, bajo la batuta de Marc Segarra, de la escuela de Mugaritz. La hacen las 70.000 abejas que rondan por ahí.

El lujo de la Abadía Retuerta es así, para pecar

El lujo de la Abadía Retuerta es así, para pecar

Viñedos y colmenas, un feliz maridaje

Las abejas polinizan no solo los viñedos de la Abadía Retuerta, también los de La Grande Maison Bernard Magrez en la muy vitivinícola Burdeos (10 Rue Labottière). Un palacete del siglo XIX con seis habitaciones sobradas de elegancia al estilo Napoleón III. Aquí ejerce de maestro cocinero nada menos que el gran Joël Robuchon, cuya carta juega a maridar con 259 referencias de vino, de los cuales 172 son Grands Crus Classés, lo más de lo más. Por si esto fuera poco, el Institut Culturel Bernard Magrez, puerta con puerta, ofrece una exposición permanente con las obras de arte de la colección privada del propietario del lugar. La habitación superior ofrece vistas a la ciudad y una decoración en rosa floral, verde, violeta y frambuesa. Todo muy primaveral y las abejas haciendo de las suyas. Precio: desde 350 euros.

Vino, abejas, exquisiteces, cosas de esta 'grande maison'

Vino, abejas, exquisiteces, cosas de esta 'grande maison'

Todo muy natural, hasta la cosmética

La que fabrican en La Cheneaudière con la miel de producción local, al noroeste de Francia. Un hotel de los de quitar el sentido (o darlo) en medio de la naturaleza y hecho a la medida de los deseos del hombre. Para su gozo. Hay que viajar a la Alsacia y situarse entre Estrasburgo y la incomparable Colmar (es para verla) para dar con la villa de Colroy-la-Roche, en pleno Vallée de la Bruche, a la sombra de los Vosgos, palabras mayores. Allí, a 500 metros de altitud, se alza este soberbio hotel, a los pies de las ruinas del Château de la Roche. Su spa, tanta madera, la atención puesta en cada detalle, las vistas, el spa, el canto a la buena vida, el restaurante. Te enloquecerán. Todo es muy 'gourmet', miel incluida. No exageramos. Precio: desde 217 euros.

La Cheneaudière, puro lujo alsaciano

La Cheneaudière, puro lujo alsaciano

De la colmena a la mesa

No es nuevo, pero va a más con esta corriente 'bio' que nos lleva. En Winvian Farm, en Connecticut, el chef Chris Eddy produce miel roja para darle alas a su menú, que se llama por cierto ‘De la granja a la mesa' en un alarde de dicho espíritu 'eco'. Lo mismo que en el Huka Lodge, en Nueva Zelanda (se localiza en Taupo), donde Paul Froggatt, a los fogones, echa mano del fruto de la apicultura para dar rienda suelta a su imaginación gastronómica en un entorno muy pero que muy bucólico. Bastaría con decir que tiene río, el Waikato, y que parece, sin exageraciones, el jardín del Edén. A la fotos y su web nos remitimos. Y por supuesto es el mejor de los destinos, abejas aparte, para cualquier luna de miel. Precio: el lujo, eso sí, sobrepasa los 1.000 euros por noche.

El neozelandés Huka Logde tiene hasta río

El neozelandés Huka Logde tiene hasta río

Guardianes de las abejas

Otros hoteles de Suiza (Beau-Rivage, Neuchatel), Italia (Borgo Santo Pietro, Chiusdino), Alemania, Inglaterra, Japón, Chile (Vira, Vira) y Estados Unidos ya están subidos a este carro colmenero, muchos de la mano de Relais & Châteaux (540 hoteles y restaurantes por el mundo), que firmó un documento en la Unesco comprometiéndose con el turismo responsable y la recuperación de los oficios artesanos. Hablamos en este caso de los hoteles 'bee friendly', también conocidos como 'beekeepers', los guardianes de las abejas. También ellas están sufriendo la degradación medioambiental, así que hay que protegerlas. Al fin y al cabo, son como termómetros, indicadores de la salud de los ecosistemas que habitamos. Según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), solo en Europa el 84% de los cultivos de alimentos se los debemos a ellas.

La Abadía Retuerta por dentro. Y encima es turismo responsable...

La Abadía Retuerta por dentro. Y encima es turismo responsable...

Fuente: http://www.vanitatis.elconfidencial.com/estilo/2016-08-25/apicultor-miel-hoteles-bee-friendly_1194130/

Categoría: OCIO Domingo 4 de Septiembre del 2016