Cerdeña, Creta, Sicilia... Cinco destinos donde te volverás más mediterráneo aún

Como Ulises vamos a mediterranear, a llenarnos los ojos de azul, a surcar el que es, ya lo dijeron los romanos, nuestro mar y a buscarle las cosquillas. Para que nos haga reír. Vamos de Cerdeña a Sicilia y también a Malta y luego a Creta. No nos olvidamos de Deià ni de Mallorca. El barco se va, aunque luego cojamos el avión.

A Cerdeña en busca de la felicidad

Está en todo el centro del Mediterráneo occidental y es su segunda isla en tamaño. Tiene a Córcega al norte, a Túnez al sur, a las Baleares al oeste y la península italiana al este. No es tan montañosa como su vecina norteña, pero sí tiene sus colinas y hasta una altura de 1.834 metros, la de Punta La Mármora, en el macizo de los Gennargentu. Es muy pero que muy boscosa, la preceden leyendas de brujas y hadas; es artística hasta en los pueblos de montaña, caso de Orgosolo y sus murales, e incluso gótica, ahí está la catedral de Alghero (perteneció a la Corona de Aragón); y presume de ruinas arqueológicas y de nuragas, esas construcciones en piedra que nos legó la antigüedad.

Cagliari, la bella y colorida capital de Cerdeña (Foto: Skyscanner)

Cagliari, la bella y colorida capital de Cerdeña (Foto: Skyscanner)

Si huyes de los centros turísticos, concretamente de Porto Cervo, hecho para millonarios estilo Briatore, en la Costa Esmeralda, sabrás lo que es una isla auténticamente mediterránea. Lo verás en la idílica playa de Berchida  o en la soberbia Cala Luna (hay que llegar a pie) en el este, en la de Tentizzos al oeste o en la de Arenas al sur. Hay mucha belleza. Y no hemos hablado aún del casco histórico de Alghero o el de Cagliari (atención al barrio del Castillo) ni de la efervescencia de Sassari, de lo pintoresco que resulta Bosa, de lo bucólico del pequeño Stintino o del muy gastronómico Oristano. 

El faro del cabo Spartivento hoy es un hotel, cómo no, de lujo

El faro del cabo Spartivento hoy es un hotel, cómo no, de lujo

No te pierdas: el S’archittu, que en sardo significa arco de piedra, en la costa de Oristano, iluminado en las noches de verano.

Para dormir: el Faro Capo Spartivento, convertido hoy en un hotel de lujo, cómo no. Desde 800 euros la noche en julio y agosto. 

En avión: vuelos a Cerdeña desde 159 € en Skyscanner.

Sicilia, mitológica, apasionada, decadente

La hermana mayor de las islas mediterráneas y la más poblada, capital Palermo, ya era turística en tiempos de Goethe, que la recomendó en su 'Viaje a Italia', y fue parada obligada en el 'grand tour' de los jóvenes aristócratas europeos, una especie de puesta de largo viajera que la colmó de glamour. Sicilia es, claro, italiana pero parece por sí misma un país, el de la 'mamma', el de las costumbres arraigadas, los fuertes vínculos y una pasión desbordante que pronto se hace clavel muy a lo Dolce & Gabbana. Es decadente y por supuesto griega y romana, y exhibe orgullosa sus templos dóricos allá en el Valle de los Templos de Agrigento. Está lleno de huellas de pies grecolatinos: Segesta, Selinunte, Casale, Morgantina… Para volverse mitológicamente loco. Tanto es así que en Siracusa hay hasta una fuente que lleva el nombre de la ninfa Aretusa y un maravilloso teatro griego de quitar el hipo con vistas al Mediterráneo que aquí se hace Jónico, comparable solo al de la bella vecina Taormina.

 

Sicilia es bella la mires por donde la mires (Foto: Skyscanner)

No te pierdas: Erice, que no es solo el apellido de uno de nuestros más insignes cineastas, sino un enclave en lo más alto del monte del mismo nombre con unas vistas de aúpa en la provincia de Trapani. No hay mejor mirador para decir: "¿Aquello es Túnez?"

Para dormir: el Belmond Grand Hotel Timeo, frente al teatro griego, sobre la colina y con vistas a la bahía de Naxos y el monte Etna. Le sobra glamour. Desde 520 euros.

En aviónvuelos a Palermo desde 120 € en Skyscanner.

El Grand Hotel Timeo no nos podía gustar más

El Grand Hotel Timeo no nos podía gustar más

Creta, el sueño del rey Minos (y el nuestro)

Seguimos hablando en palabras mayores, de isla en isla y tirando porque nos toca. Este turno hemos caído en la isla más grande de la muy isleña Grecia que fue llamada Candía en tiempos, la tierra (y el mar) de El Greco, del escritor Nikos Kazantzakis (autor de 'Zorba el Griego' y 'La última tentación de Cristo') y la cantante Nana Mouskouri. Si se ama la Hélade por lo que fue, hay que venir aquí, a la cuna de la civilización minoica, al reino de Minos y el minotauro, para alucinar literalmente en la ruinas del palacio de Cnosos, cuyas paredes adornaron frescos de una vanguardia y belleza sin igual. Pero Creta no es solo arqueología –están también Festos, Agia Triada y Malia–, hay iglesias bizantinas, fortalezas venecianas, mezquitas turcas, un museo magnífico, el de Heraclión, la capital, y playas más que tentadoras (Preveli o Elafonisi). Todo rodeado de viñedos y olivares. No podía ser más mediterráneo.

La villa marinera y muy griega de Lutró, en Creta (Foto: Skyscanner)

La villa marinera y muy griega de Lutró, en Creta (Foto: Skyscanner)

No te pierdas: la garganta de Samaria, la más grande de Europa, al oeste de Creta, cerca de la ciudad de Chania. Tiene 16 kilómetros de longitud.

Para dormir: Ikaros Beach Resort & Spa. En Malia. Desde 217 euros.

En avión: vuelos a Creta desde 150 € en Skyscanner.

El Ikaros Beach Hotel & Spa, puro lujo mediterráneo

El Ikaros Beach Hotel & Spa, puro lujo mediterráneo

Malta, un héroe de cómic y mucho 'gozo'

Más que isla, es archipiélago (Malta, Gozo, Comino, Cominotto...). El territorio de ese héroe de cómic viajero, hijo pródigo de Marco Polo, que es el Corto Maltés, hijo natural de un marinero de Cornualles y una gitana de Gibraltar pero nacido aquí, en La Valetta, la gloriosa capital. Estamos al sur de Italia, al este de Túnez y al norte de Libia, por eso Malta es europea y africana a la vez y muy multicultural (de siempre fue muy deseada). 

Las piscinas en Malta son así (Foto: Skyscanner)

Las piscinas en Malta son así (Foto: Skyscanner)

Aquí los bastiones defensivos rivalizan en belleza con los acantilados y pueblitos mediterráneos por demás, de esos que encandilan, como Xlendi, con pequeñas capillas y fortaleza para hacer frente a los piratas, o Mgarr, ambas en Gozo, con fachadas pintadas a todo color y una iglesia de las de postal. Y luego está Senglea, una de las ciudades históricas, llamadas Cottonera, tan veneciana y barroca, y que te brindará unas vistas de La Valetta de las de recordar. Una ciudad magnífica y al ladito del mar. Las otras son: Vittoriosa (o Birgu) y Cospicua (o Bormla). Hay que visitarlas sí o sí. En Malta se rodó 'Troya', 'Agora' y 'El código Da Vinci'. Como decorado no tiene igual.

No te pierdas: el Caffe Cordina, tan legendario él, 175 años ya y en un palacio, en La Valetta.

Para dormir: el Xara Palace Relais & Chateaux, un palacio del siglo XVII, dentro de la ciudad amurallada de Mdina (sin e, la ciudad vieja). Desde 155 euros. 

En avión: vuelos a Malta desde 130 €.

¿Te imaginas alojarte en un palacio maltés como el Xara?

¿Te imaginas alojarte en un palacio maltés como el Xara?

Mallorca, acantilados, ensaimadas y Chopin

Es la isla mayor, frente a Menorca, que es la menor. Lo llevan en el nombre. Y uno la siente mayor cuando se pierde por la sierra de Tramontana, al oeste, por la sinuosidad de sus caminos, que son altares consagrados a la naturaleza, a los soberbios acantilados, a las calas rocosas vírgenes, a los pueblos vírgenes también, al buen gusto, a la piedra que hizo las casas señoriales y la flor, que las adorna. En Mallorca a uno le entran ganas de ser Chopin, no solo en Valldemosa y su cartuja; o Robert Graves y no solo en la bohemia Deià, refugio de artistas y con razón. Para tocarla (al piano) o escribirla, con mención a los dioses. 

El cabo de Formentor, para no perder el norte de la isla (Foto: Skyscanner)

El cabo de Formentor, para no perder el norte de la isla (Foto: Skyscanner)

Literatura al margen, esta isla grande es famosa por sus ensaimadas (por ejemplo, las de Can Joan de a’Aigo), su sobrasada, ese artista inclasificable que es Miquel Barceló, que nació en Felanitx, al sudeste; el palacio de Marivent, casa real mediante; el fabuloso castillo de Bellver, curiosamente de planta circular, y el cabo Formentor, que es el punto más septentrional de la isla, al que los mallorquines llaman el 'punto de encuentro de los vientos'. No queremos dejarnos el palacio de la Almudaina ni el monasterio de Lluch. Mallorca nunca será Ibiza, aunque también tenga lo suyo, como el lujoso Puerto Portals. Por algo es la isla en calma.

No te pierdas: el tren que hace el trayecto desde la capital Palma de Mallorca hasta el pueblo de Sóller. Fue construido en 1912 y es ¡de madera!

Para dormir: La Residencia. En Deià, al abrigo de las montañas de la Tramontana, entre jardines exuberantes y olor a cítricos. Lujo mayúsculo y nos quedamos cortos.

En avión: vuelos a Mallorca desde 44 € en Skyscanner.

La Residencia (en mayúsculas) que nos gustaría tener en Mallorca

La Residencia (en mayúsculas) que nos gustaría tener en Mallorca

Fuente: http://www.vanitatis.elconfidencial.com/estilo/2016-08-12/cerdena-creta-sicilia-mallorca-malta-destinos-mediterraneo-viaje-vacaciones-verano_1216038/

Categoría: OCIO Lunes 15 de Agosto del 2016