Crees que te sabes duchar, pero es probable que lo estés haciendo mal

dDarse una ducha parece algo sencillo que hacemos todos los días, pero si nos paramos a analizar nuestro ritual de ducha, nos damos cuenta de que llevamos a cabo muchas tareas, la mayoría de manera automática, que son más importantes de lo que parecen a simple vista. La piel es el órgano más grande de nuestro organismo y es extremadamente porosa, por lo que todo lo que le pones cuenta.

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Este detalle suele pasarse por alto -sobre todo por las que somos adictas a los cosméticos-, pero es esencial encontrar el equilibrio entre estar limpio y oler bien con el respeto a la flora cutánea y la preservación de nuestros aceites naturales. Por ello, presta especial atención a estos 'tips' y dale la vuelta a tus duchas para convertirlas en rituales mucho más respetuosos con la piel.

  • Utilizar exfoliantes demasiado agresivos: huye de los químicos y apuesta por aquellos cuyos ingredientes sean lo más naturales posible. Por ejemplo, la sal de mar combinada con diferentes aceites da lugar a una exfoliación muy eficaz pero mucho más suave y respetuosa con la piel.

  • Usar una esponja sintética: por norma general, las esponjas son un caldo de cultivo perfecto para las bacterias (la fiesta de la humedad, ya se sabe) y las que son de mala calidad empiezan a generar bacterias antes. Las esponjas naturales, por otro lado, no solo duran más, sino que también son más delicadas con la piel y con el medio ambiente.
  • Utilizar un champú cualquiera: Compramos un champú porque está de oferta, porque “no vamos a tener un champú para cada uno”, porque este otro tiene un perfume que me gusta más... Pero no nos damos cuenta de que utilizar un champú cualquiera no es bueno ni para nuestro pelo ni para nuestro cuero cabelludo. Debemos elegir un champú específico para las necesidades de nuestro cabello, no solo para que este luzca más bonito y sano, sino también para proteger la naturaleza de nuestro cuero cabelludo.

  • No respetar la naturaleza de tu piel: nuestra piel está protegida por una barrera de protección natural que la regula y la repara de forma eficaz, pero también se trata de una barrera bastante delicada. El uso abusivo de jabones y geles puede dañarla y hacer que prolifere la aparición de hongos, que se produzcan descamaciones, etc. Por ello, siempre que sea posible, utiliza jabones de origen natural u orgánico, que son mucho más respetuosos con la piel.

Categoría: GENERAL Domingo 5 de Junio del 2016