San Isidro: con figuras y toros flojos, bronca segura

Roca Rey, en una larga cambiada de rodillas al quinto bis

Roca Rey, en una larga cambiada de rodillas al quinto bis - Paloma Aguilar

«Madrid. Domingo. Calle de Alcalá./ Miro por las ventanas abiertas el tumulto/ que corre al coliseo de toros; en mis venas/ se despierta la fiebre de un viejo instinto oculto/ que enciende en mis pupilas curiosidades llenas/ de amor... ¡A los toros!» Lo escribe un limeño –como Andrés Roca Rey–, el modernista José Santos Chocano. Se ovaciona a Don Juan Carlos, que vuelve a los toros, acompañado por la Infanta Elena y su hija.

Don Juan Carlos, Doña Elena y Victoria Federica

Don Juan Carlos, Doña Elena y Victoria Federica- Paloma Aguilar

La flojedad de los toros de Juan Pedro da al traste con un cartel de gran expectación. La historia se repite: con toros que se caen y tres sobreros, es justo que el público se enfade.

Confirma su alternativa el extremeño Posada de Maravillas, de ilustre dinastía. En el primero, maneja el capote con estética barroca; brinda a Luis Álvarez, su apoderado; el toro es pegajoso y la faena no remonta. Pincha, entrando de lejos. El sobrero de Mayalde saca casta pero le hacen entrar tres veces al caballo y cinco, pasan los banderilleros. Posada brinda a Don Juan Carlos y se justifica con decisión. Nada más.

Con dos reses anodinas, Talavante no tiene opciones. Al segundo no le pegan (como a todos sus hermanos): protestas. La gente aplaude que, esta vez, sí brinde Talavante a Don Juan Carlos. El toro enseguida se viene abajo, se apaga por completo: «como una gaseosa de bolita», decían antes. Mata mal: la gente se consuela con vivas a los toros, a España y al Rey. El quinto va y viene sin decir nada, además de caerse. Sólo puede esbozar algunos naturales. Vuelve a fallar con la espada.

Posada confirmó de manos de Talavante y en presencia de Roca

Posada confirmó de manos de Talavante y en presencia de Roca- P. Aguilar

Le toca a Roca Rey mantener el altísimo nivel del día de su confirmación. Se le recibe con expectación y exigencia. El tercero flojea y surge la bronca. En el brindis al Rey –me dicen– le invita a que acuda al bicentenario de Acho. Se escucha una voz: «Hay que venir con toros». Y no le falta razón. Andrés, muy sereno, liga algunas tandas excelentes por la derecha, con la mano muy baja; por la izquierda, aguanta los parones (ya le critican la arrucina, que antes fascinaba). Al pararse el toro, se mete entre los pitones. Suena el aviso, toreando; por eso, se precipita y mata mal.

En el quinto, en un quite, cae en la cara del toro, se libra por rodar muy ágilmente y el toro también se cae: lo devuelven. En el primer sobrero, protestado por chico, acalla las voces recibiéndolo directamente con el capote a la espalda: un gesto de torero. Pero el toro también se cae y es devuelto. (La gente sólo se consuela de tanta devolución escuchando el chotis «Madrid», de Agustín Lara, y «Los nardos», de «Las Leandras», que cantó Celia Gámez). El nuevo sobrero, de Marca, también claudica: se mete en su terreno sin éxito; cuando el toro se para, acierta al no prolongar. Le ha funcionado la cabeza. Esta tarde no ha habido suerte pero la gente sigue hablando y discutiendo de Roca Rey: es la miel y la hiel de que, en Las Ventas, ya se le considere figura del toreo.

Toro al corral

Toro al corral- P. Aguilar

Fuente: http://www.abc.es/cultura/toros/abci-directo-talavante-roca-y-posada-toro-toro-san-isidro-201605151747_directo.html

Categoría: GENERAL Lunes 16 de Mayo del 2016